Aun aceptando que nadie además de nosotros mismos puede salvarnos o hacernos felices, aun tomando la responsabilidad y el compromiso con la Vida para con ello… es bueno recordar que nuestra naturaleza humana celebra y se reconforta en la compañía, el amor, el cariño, el reconocimiento incondicional mutuo. Porque, “cuando dos o más se reúnen en Su Nombre, ahí está Él presente”. Lo que significa: cuando nos encontramos dos seres humanos (como mínimo) con el corazón desnudo de apariencias y nos apoyamos en lo misterioso de una realidad superior que nos trasciende e incluye al mismo tiempo, ahí es cuando la posibilidad creadora de lo divino se hace presente. - Ignacio Asención
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